Aún creía cuentos de cigüeña
y detrás de la zarzamora
incrustado en la hierba fresca
para verla pasar tan hermosa
mi corazón de niño explotaba
Moza más bella del campo
expectante del trino y el agua
incendió mi arco iris temprano
en destellos prohibidos de azul
mientras la luna temblaba
Porque de veinte hermanos
armados de fieros cuchillos
era su princesa encantada
que a nadie podría mirar
aflicción anudaba mi lengua
Custodiada cruzaba el puente
sobre el agua hasta mis rodillas
y no abría ni el fuego esa puerta
que tenía mi suerte atrapada
como a pez malherido en la red
Vigilada joya viviente
transitaba la fragancia del valle
y en mi anhelo camuflado de árbol
le agitaba mis ramas discretas
desprovisto de alguna esperanza
y en descuido de todos los vientos
me enseñó otro cuento de alas
(De: Voces a la noche, 2017)
No hay comentarios:
Publicar un comentario