A veces en
mi silencio
al
escuchar tu reloj
entre
pataguas despierto
sentado a
la hoguera
comiendo
quesos maduros
mientras
la noche destrenza
sus
luminosas moradas
El escote
de la pradera
porque el
adobe es cobija
aunque de
luto se asome
no logra
burlar mis ojos
luciérnagas
movedizas
hundidas
en tus palabras
A veces en
mi silencio
al escuchar
tu reloj
vuelvo a
tu clara sonrisa
en tanto
cebas el mate
Rubíes de
tranco suizo
me vuelve
al viñedo de niño
donde me
hablabas de sueños
que se te
fueron volando
perfumados
de trigo al sol
Ornamento
cuerpo de oro
tu reloj
me asoma de paso
a nuestras
charlas de lluvia
habituadas
a mi memoria
y te me
alejas cantando
(De: CRISOL POÉTICO, 2009)
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